Me acuerdo muy bien,

De tu cálido abrazo.

El chocolate caliente y el pan dulce.

Nuestras manos,

Tendidas a la orilla del mar.

Bajo la abrillantada manta de la media noche.

Bajo su oscuro y helado manto.

La marea persigue nuestra inocencia,

Al romper nuestro silencio,

Entre sus olas feroces y brutales.

Juntos invadimos la vida del otro,

Con nuestros colores,

Con nuestras risas,

Con nuestros llantos,

E incluso,

Nuestros alientos.

Ahora,

Solo somos risas invadidas por el aroma agridulce,

Del mango y chamoy.

Solo somos las pequeñas chispas y llamas,

De nuestra patria,

Un poco antes de extinguirse.

Solo somos el numeroso confeti,

A medio caer y su estancia eterna entre nuestro suelo.

Y en el final,

Para este país.

Solo somos un material o un recurso,

Algo desechable.

Sin embargo,

Aunque si desechable en cuerpo,

Nunca en mente, alma y forma de ser

Ahora,

Solo eres mis recuerdos,

Y desafortunadamente solo eso.